Mi nombre es Maurício, soy brasileño y estuve en Chile, mi esposa y yo, por unos 20 días entre febrero y marzo. Hago este contacto con el objetivo de dar a conocer acontecimientos tristes que vivimos al final del viaje, para contribuir por medio de mi historia, quién sabe con la conciencia de quién influye en las decisiones que, de alguna manera pueden mejorar la situación y también alertar a los turistas nacionales y extranjeros sobre cómo tomar precauciones al viajar por determinadas regiones
Yo y mi esposa estuvimos desde el 17/02 hasta el 7/03 en Chile, visitando Puerto Montt, Puerto Varas, Antofagasta, San Pedro de Atacama y finalmente Santiago; fantástico viaje marcado por hermosos lugares, buenos servicios hoteleros y principalmente por el cariño y atención que recibimos por parte de la mayoría de los chilenos.
El 6 de marzo, un día antes de regresar a Brasil, fuimos en un auto rentado desde Santiago a Valparaíso, llegando allí a las 11:30 de la mañana, nos dirigimos directamente a Costanera, pasamos el puerto unos 2 km y decidimos parar rápidamente en un mirador para tomar algunas fotos, fuimos solo a unos 30 metros del auto, ya que el clima no era muy bueno, estaba bien nublado.
Al regresar al auto en tres minutos o menos, fuimos informados por 5 o 6 personas que estaban en el mirador, que dos ocupantes de una camioneta SUV negra, con apariencia de nueva, se habían bajado de la camioneta segundos después de nuestra llegada, abrieron la puerta trasera y tomaron todas nuestras tres mochilas. Como dijo una de las personas que nos ayudó “me imaginé que serían sus amigos que iban en otro auto porque llegaron con ustedes”. Esto indica que es casi cierto que ya nos estaban siguiendo.

Una de las personas que nos ayudó se comunicó de inmediato con Carabineros, denunciando el caso, localizándolo y avisando a la policía. Pasaron unos 20 o 30 minutos y no apareció nadie de la policía. Al poco rato pasó un vehículo del servicio de orientación y seguridad turística de Valparaíso y fue llamado por todos los que nos encontraban en el lugar. Cuando el vehículo se detuvo, nos recibieron 3 ocupantes, incluido uno de ellos que llevaba una cámara GoPro que sospecho que no sirvió para grabar nada que pudiera ayudarnos.
El personal del vehículo turístico, con un trato bien frío, nos aconsejó que lo único que debíamos hacer era acudir a comisaría a prestar declaración y denunciar el robo.
Lo primero que me impresionó fue que cuando hicimos la declaración detallada sobre el robo, a pesar de haberlo dicho varias veces, en el documento de Denuncia no se describió el lugar exacto del hecho, no se describió las circunstancias que indicaban que fuimos seguidos por los ladrones y no se describió las características del auto negro, muy nuevo de los ladrones , así como la ropa y las sudaderas con capuchas negras que usaban. También me impresionó que cuando le pregunté al comisario cuál era la posibilidad de recuperar lo robado, me contestó que era prácticamente nula porque, a pesar de detener frecuentemente a ladrones y recuperar objetos, afirmó: “no hay manera de devolverlos porque no hay manera de identificar si esto o aquello es suyo o de otra persona, por ejemplo hay muchas cámaras “Canon” como la tuya” (la mía es Nikon), a pesar de que yo insistí en que tenía en Brasil la factura y el número de serie de las cámaras, este comisario insistió claramente en que no habría manera de recuperarlas.
Otro punto sorprendente fue que mientras estábamos en la oficina, el personal de servicio turístico que nos había atendido regresó como 20 minutos después que llegamos trayendo la billetera de mi esposa sin la plata pero con su cédula, su tarjeta de crédito y otros papeles, la cual había sido robada y según ellos “los ladrones, como no estaban interesados en los documentos debieron pasar y tirarlos en la calle, frente a la jefatura de policía”, le comenté al comisario de Carabineros en ese momento: “los ladrones pasaron bien frente a esta oficina, minutos después del ataque y tiraran al suelo los documentos robados! ¡¿Por aquí no se respeta a Carabineros, ¿verdad?!” a lo cual el no dijo nada, permaneciendo en completo silencio.
¡Para nuestra sorpresa aún mayor, durante la hora y media que pasamos en la sede de Carabineros, llegaron más 2 autos con 5 turistas asaltados! Una pareja de brasileños a los que les rompieron el cristal del coche delante de un restaurante mientras almorzaba, a quienes les robaron los pasaportes y otras pertenencias, así como otras tres o cuatro personas, entre brasileños y un argentino, que se llevaron todo, incluso los documentos, excepto el coche.
A estes últimos se le pinchó una llanta (¿trampa?) y mientras cambiaban la rueda fueron abordados por personas que se ofrecieron a ayudar, uno de ellos le recomendó una llantera cercana y se dirigió allí con uno de los turistas. Mientras tanto, los otros dos bandidos asaltaron a los otros dos turistas y se llevaron todo de ellos y lo que había en el auto.
En nuestro caso fueron sustraídas, entre otras cosas diversas, tres mochilas que contenían una cámara profesional NIKON D750 número serial 3156132, con lentes de 25 x 125 mm, una cámara Panasonic Lumix TZ80, binoculares Olympus, baterías de cámaras, cargadores, cables varios, un power bank, (un prejuicio alrededor de $3.000), y principalmente: perdimos más de dos mil fotos hechas en los hermosos paisajes de Chile! Tuvimos suerte por no tener los pasaportes en las mochilas, de lo contrario habría sido una pesadilla aún mayor.
Debo comentar que, en nuestro caso, el error fue que, en ese momento, dejamos el coche sin cerrar durante unos minutos, pero como probablemente quienes nos estaban siguiendo eran mafiosos, aunque hubiéramos cerrado el coche, el riesgo de que nos atracaran otros más adelante hubiera sido bastante alto.
Ante todo eso, mi consejo es obvio: nunca dejar pertenencias en el coche, aunque lo cierre con llave, y si acaso no es posible llevarlas, deje que alguien vigile atentamente el auto.
Mi intención al hacer este anuncio es alertar a todos, turistas y también a los chilenos, sobre el altísimo riesgo que corren quienes transitan por Valparaíso y Viña del Mar. ¡¡Todo indica que existe una mafia que no puede ser controlada por una policía que aparentemente no tiene suficiente personal o ya “no está dispuesta” a combatir a ese tipo de crimen!!