Imágenes: Propias
Es bien sabido (y nadie podría discutirlo) que el Perú posee grandes cualidades que lo convierten en un destino turístico por excelencia a nivel mundial. Su variada geografía, riqueza cultural, patrimonial y gastronómica lo sitúan en los primeros lugares en Sudamérica a la hora de decidir viajar en cualquier época del año. Pero, no es lo mismo verlo en una guía de viajes, sino que se hace sumamente necesario comprobarlo personalmente. Después de todo, no es un destino costoso y, eso es sin duda lo mejor.
Luego de haber probado un gran número de platos, puedo entender a ciencia cierta por qué fue premiada nuevamente como mejor destino gastronómico de Sudamérica; distinción otorgada en los pasados World Travel Awards de julio.
La enorme ciudad de Lima posee alrededor de 2.670 kilómetros cuadrados de superficie y un clima bastante agradable debido a su ubicación costera con el océano pacífico que bordea los 20 grados en promedio. Aunque el tránsito no es de lo mejor y las distancias entre algunos puntos de interés son algo extensas, es posible acceder sin mayores contratiempos a una amplia y maravillosa gama de atractivos de todo tipo que están esperando ser visitadas por ti…si, por ti que estás leyendo.
En la primera parte publicada hace unas semanas, hice una descripción a grandes rasgos de éste estupendo viaje, describiendo principalmente mi experiencia y emociones vividas. Mencioné algunos interesantes e imperdibles lugares como la Fortaleza Real Felipe, el barrio de Barranco, el magnífico Museo Naval en el distrito del Callao y, restaurantes como el histórico Rovira y el variado buffet Challwa cerca del malecón Pardo; pero esta vez les hablaré un poco del patrimonio histórico y natural de Lima. Ese lado que muestra la valiosa riqueza cultural del Perú y su asombroso origen incaico.
A casi poco más de 1 hora de distancia de la ciudad se encuentra el inmenso y sagrado Sitio Arqueológico de Pachacamac que, con sus más de 495 hectáreas y más de mil años de antigüedad, ofrece a todos los visitantes un muy buen punto de parada para conocer más respecto del pasado inca (al igual que el Sitio Arqueológico Bandurria ubicado en Huacho, al norte de Lima). Un tour absolutamente recomendable que encierra una historia fascinante (relatada por sus guías), atractivamente fluída y en el que, mientras se observan sus añosos templos, es posible sentir toda la magia que envuelve este lugar. Además, y como sugerencia, pregúntale a los guías que vinculación histórica tiene ese sitio con la Guerra del Pacífico…de seguro ¡te sorprenderás!
Si necesitas una alternativa cercana para almorzar ( 5 minutos) no puedes perderte el afamado restaurante buffet de estilo campestre Dpaso Mamacona. Este lugar reconocido por ofrecer una amplia gama de platos capaz de encantar al paladar mas exigente, es también destacado por ser un lugar de alto interés cultural por ofrecer a sus comensales un magnífico e impecable show artístico de folklore peruano con sus bellos caballos de raza pura, mas conocidos como “Caballos de Paso”. Por si fuera poco, y mientras deleitan sus ricos platos en su amplio comedor, pueden ser partícipes de bailes impecablemente preparados para acompañar el momento. Yo por supuesto no quedé al margen de ello, ya que en un abrir y cerrar de ojos me encontré bailando Huaylas (y creo que no lo hice tan mal 😊).
Si lo que buscan es un poco de contacto con la naturaleza, recomiendo totalmente visitar (a unos 30 minutos) las Lomas de Lúcumo. Con 150 hectáreas, éste bonito lugar denominado como el primer “ecosistema frágil del Perú” y que actualmente es administrado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP) posee variados circuitos de trekking de distinta dificultad y el cual goza de una rica diversidad de flora y fauna nativa. En su entorno viven familias que se dedican principalmente a la ganadería y la tierra, lo que perfectamente podría potenciarse sustentablemente con el turismo rural o agroturismo; componentes perfectos que dan a entender la importancia de proteger estos entornos naturales a nivel mundial.
En mi último día y antes de emprender regreso a Chile, había programada una verdadera sorpresa en el itinerario y, que por supuesto, no era capaz siquiera de imaginar. Un espectáculo que a los ojos (y porque no decirlo, a las emociones), fue totalmente mágico y maravilloso.
Dicen que es único en su tipo en sudamérica y, que orgullosamente muestran a todos quienes recorren el lugar; me refiero al magnífico Circuito Mágico del Agua en el Parque de la Reserva de Lima. Un hermoso espectáculo de luz, agua y sonido te sorprenderá y dejará sin aliento ni palabras, y que muestra con perfectas proyecciones de rayos láser la historia y cultura peruana. Son aproximadamente 20 minutos de show impecablemente sincronizados que complementan todas las otras maravillas que puedes recorrer y conocer en el lugar y, que sin lugar a dudas te harán sentir como un niño.
Perú antes de conocerlo (al menos Lima), la verdad es que no era un destino que estaba en mis planes cercanos de viaje. Indudablemente sabía de su variada riqueza cultural, natural y gastronómica, pero no me causaba curiosidad conocerlo, quizás por lo que en la escuela “te mal enseñan” de nuestro pasado y absurdo rencor histórico.
Hoy orgullosamente puedo hablar de su linda y sencilla gente y de todo lo que tiene para mostrarle al mundo. Sin lugar a dudas mi paso por esas tierras fue breve y casi muy poco conocí, pero que sí estoy en condiciones de recomendar y compartir absolutamente aquello que tuve la suerte de vivir y de aprender.
Cuando estaba en el aeropuerto Jorge Chávez mis ojos estaban algo “húmedos” por la pena de dejar atrás nuevas amistades e inolvidables experiencias, pero hoy a poco mas de un mes de mi viaje comprendo que esa sensación, más que un adiós, fue un “hasta pronto querido Perú”.